-Lucas…
-dije en su oreja mientras me sentaba en su cama. Se removió un poco en la cama
y abrió los ojos. –Siento despertarte pero me quería despedir de ti.
-No
importa, Juli. Me volveré a dormir en seguida, no te preocupes. –dijo con voz
ronca e incorporándose. –Pásalo muy bien, ¿vale? Y no la líes, Júlia, que nos
conocemos, ¿eh?
Nos
reímos y le abracé muy fuerte. Le iba a echar de menos esta semana. Aunque
fueran tan solo siete días, nunca había pasado más de un día sin verle en toda
mi vida.
-Te
echaré de menos, Lucas. Pásalo tú también muy bien, ¿sí? Te enviaré fotos, no
te preocupes.
-Y
yo, Juli. Te quiero mucho. –se despidió. –Ah, y tráeme algún recuerdo de allí,
¿eh?
-Jaja,
algo te traeré. Te quiero mucho.
Nos
volvimos a abrazar y le di un beso en la mejilla. Me levanté de su cama y me
fui guiñándole un ojo. Repasé que lo llevaba todo y cogí mi mochila. Cogí las
llaves del apartamento por si acaso cuando regresara Lucas no estaba. Cogí mi
maleta y salí a la calle. El sol empezaba a dejarse ver entre los rascacielos
de la ciudad la mañana de aquel 15 de agosto. Hacía bastante calor para ser tan
temprano pero la temperatura era agradable gracias a la fresca brisa que
recorría las calles. Arrastré mi maleta hasta la parada de metro más cercana al
apartamento y en 10 minutos me encontraba en la parada que me había dicho Will.
Me pregunté cómo era posible que en todo este tiempo aún no hubiese ido a su
casa. No le di ninguna importancia y seguí andando hacia la calle que me había
anotado en su dirección. Will vivía en un barrio de Brooklyn muy bonito llamado Prospect
Heights. Todas las casas del barrio eran las típicas neoyorquinas adosadas,
llamadas brownstones. Llegué
rápidamente hasta la casa de mi novio, también era una típica, hecha de
ladrillos marrones con grandes ventanas pintadas de negro. Piqué al timbre y
apareció la sonriente pero a la vez adormilada cara de Will invitándome a
pasar.
-Buenos
días, preciosa. –dijo besándome suavemente en los labios.
-Hola
guapo. –respondí sonriente. – ¿Estás listo?
-Pasa,
por favor. –dijo apartándose de la puerta. –Sí, espera un segundo que voy a por
la maleta.
Entré
observando su casa, me encantaba la decoración. Era sencilla pero muy
acogedora. Cuando cruzabas la puerta te encontrabas con un gran salón con
televisión, sofás y una bonita chimenea. Las paredes estaban pintadas de color
beige mientras que el parqué del suelo era más oscuro. La cocina conectaba con
el salón, era la típica americana con la barra y los taburetes. Oí como el
sonido de una maleta golpeaba las escaleras. Me acerqué hacia ellas y vi a Will
acarreando su maleta.
-¿Vamos?
–preguntó sonriendo. Asentí y salimos los dos juntos de la mano a la calle, cada
uno con su enorme maleta. – ¿No me vas a decir adónde vamos, verdad?
-Efectivamente.
–respondí risueña.
-¿Y
por qué no? –repuso poniendo cara de niño inocente. –Me muero de curiosidad.
-Pues
porque es una sorpresa y si te la digo dejará de serlo, así que vamos ya que
tenemos un largo, muy muy largo viaje.
Subimos
al metro que había cerca de casa de Will y bajamos en una estación que
conectaba con la estación de autobuses de la ciudad. Compré dos billetes y nos
dirigimos al lugar que nos indicó la chica del mostrador. De momento mi plan
marchaba viento en popa, Will tan solo sabía que nos íbamos de viaje en
autobús, no tenía ni idea de que íbamos a casa de su abuelo Thomas. Subimos al
autobús, dejamos las maletas en su compartimento y nos sentamos juntos. Nos
esperaba un largo viaje hasta Dakota del
Sur. El autobús salió puntual, a las 7 de la mañana, tal y cómo decía. Hablamos
durante parte del trayecto y a la vez observábamos el paisaje.
-Me
he preguntado antes una cosa. –dijo Will rompiendo el silencio. – ¿Cómo puede
ser posible que llevemos tanto tiempo saliendo y aún no hayas venido a mi casa?
-Jajaja,
he pensado lo mismo esta mañana. –respondí. –La verdad, no tengo ni idea. Es
algo raro.
-Sí,
que se le va a hacer, somos raros. –bromeó él. –No hay quién nos entienda.
Bueno, te prometo que cuando volvamos, vendrás a mi casa, ¿vale?
-Tranquilo,
no hay prisa. Vale, me parece genial. –respondí sonriendo. Apoyé mi cabeza en
su hombro y nos pusimos a escuchar música. Canturreábamos las canciones de Coldplay que mejor nos sabíamos, éramos
realmente malos los dos cantando pero era divertido ver quién desafinaba más.
Muchas
horas después paramos en un pueblo llamado Youngstown,
en Pennsylvania. Comimos allí y
regresamos de vuelta al autobús para continuar con nuestro camino. No sé si se
le podía llamar comida, de hecho, eran ya las 4 de la tarde. Las siguientes
horas dormí en el hombro de Will, mientras él escuchaba música o bien, dormía
como yo. Era un viaje muy agotador, pero le encantaría cuando llegásemos. Me
habría gustado haber ido en avión o en tren pero no teníamos suficiente dinero.
Las horas pasaban, lentamente si estaba despierta y él dormido, pero muy
rápidamente cuando hablábamos y nos besábamos. Prefería la segunda opción, me
gustaba mucho más. Volvimos a parar para cenar en un McDonald’s que había en la carretera. Llegamos a Chicago, en Illinois, tras un día o así de viaje. Allí acababa el trayecto del
primer autobús.
-Dormiremos
aquí hoy, Will. –dije antes que pudiera preguntar o decir nada. –Pero este no
es nuestro destino todavía.
-¿De
verdad? –preguntó asombrado. –Eres una caja de sorpresas, princesa.
Pasamos
allí la noche, en un Bed&Breakfast
que encontramos muy bien de precio. A la mañana siguiente volvimos a la
estación de autobuses y cogimos otro que nos llevaría hasta Sioux Falls, la capital de Dakota del Sur, pero ese tampoco era
nuestro destino final.
-¿Quieres
un KitKat? –preguntó Will
ofreciéndome la barrita de chocolate. Acepté en seguida, me moría por un trozo
de chocolate.
-Gracias.
–dije dándole un beso.
-No
hay de qué, cariño. –respondió él devolviéndome el beso. –Oye, ¿Hacemos un
trato?
-¿Un
trato? ¿Cuál? –pregunté incorporándome.
-Tú
me enseñas a hablar en español y yo te enseño a jugar al baloncesto cuando
podamos. –propuso sonriente.
-Trato
hecho. –dije dándole la mano, como si fuésemos empresarios.
Le
enseñé lo más básico para comunicarte en español, y parecía aprender
rápidamente. Me encantaba ese acento con el que hablaba, era muy divertido.
-No
te rías, cuesta mucho hablar esta lengua. –dijo, esta vez en inglés, haciéndose
el enfadado después de que yo me riera porque no sabía pronunciar “jarrón”.
–Esa maldita j es muy puñetera.
-Tranquilo,
me encanta tu acento americano al hablar, es muy mono. –dije dándole un beso en
la mejilla.
-¿No
me merezco algo mejor por haber aprendido algo? –preguntó señalando sus labios.
Me reí y le besé suavemente. –Eso está mucho mejor, princesa.
Seguimos
con las clases de español improvisadas, era difícil hacerle entender algunas
cosas pero al final conseguía aprendérselas.
Horas
después llegamos a la estación de autobuses de Sioux Falls, por fin estábamos en Dakota del Sur, me dolía tanto el culo de estar sentada... Estaba
molida y Will también así que no quise perder ni un segundo y rápidamente
cogimos un tercer autobús que nos llevaría a Madison, un pueblo no muy lejos de la capital de Dakota del Sur. Subimos al tercer autobús
del viaje y en media hora nos encontrábamos en la estación de autobuses del
pueblo.
-Espera
un momento, yo sé dónde estamos. –dijo Will sonriendo atónito. –No me lo puedo
creer, ¿me has traído a Madison?
-¡Soorpresaa!
–exclamé algo tímida.
-Madre
mía, Júlia. Eres la mejor, te quiero, te quiero muchísimo. ¿Cómo no me lo
habías dicho, pequeña? Dios, otra vez aquí, cuanto lo echaba de menos.
Me
abrazó rápidamente, bueno mejor dicho, me estranguló, prácticamente. Gritó como
una niña cuando vio a su abuelo Thomas avanzando con una sonrisa hacia
nosotros. Me miró sorprendido, le sonreí y corrió a abrazarle. Me quedé
observando la escena, era tan tierna que les hice una foto. Al poco rato se
despegaron y vinieron hacia mí.
-Ven
abuelo, te quería presentar a mi novia, Júlia. –dijo Will secándose las
lágrimas que acababa de soltar de la emoción. –Juli, él es mi abuelo Thomas,
del que te he hablado.
-Hola
preciosa, encantado de conocerte en persona por fin. –dijo su abuelo. La verdad
es que era muy simpático, ya había hablado con él por teléfono. –Hablamos hace
una semana o así por teléfono, ¿verdad Júlia?
-Lo
mismo digo, señor Parker. Es todo un placer. –dije educadamente con una
sonrisa.
-Oh,
por favor, llámame Thomas. Para ti soy Thomas. –dijo él sonriendo. Asentí
devolviéndole la sonrisa. –Will, tienes mucha suerte, hijo mío. Cuida a esta
chica, te quiere mucho. ´
-No
te preocupes, abuelo, la cuidaré. Y yo ella también. –dijo sonriendo y dándome
un beso.
-Qué
tiernos… Bueno, creo que deberíamos irnos ya a casa, está empezando a
oscurecer, y estoy seguro de que estáis cansados del viaje, así que vámonos.
Subimos
a la vieja furgoneta verde del abuelo de Will en dirección a su granja. En poco
rato nos encontrábamos frente a una enorme granja de tejas rojas muy bonita. Se
encontraba en medio de una pradera y estaba rodeada de vacas. Entramos a la
acogedora casa y me presentaron a la abuela de Will, Margaret. Era un encanto
de mujer, muy cariñosa. Cenamos los cuatro juntos mientras les contábamos un
poco nuestra vida. Eran las 9 de la noche o así cuando picaron al timbre y
Margaret fue a abrir.
-Will,
cielo, mira quién ha venido. –dijo Margaret emocionada. Por la puerta apareció
una muchacha muy guapa de pelo castaño y ojos grises que corrió a abrazar a mi
novio.
-¡Will!
–dijo la chica, que tendía unos 18 años o así.
-¿Beth?
¡Cuánto tiempo! –exclamó Will muy emocionado corriendo a abrazar también a
aquella guapa chica.
¿Beth?
Espera un momento… ¿Quién era esa chica?
What the fuck? ¿Y me dejas así? ¿Con esta puta intriga que me corroe por dentro? Cuando te vea, te juro que te mato y te haré escribir, no me merezco sufrir esta intriga, ni yo, ni nadie.
ResponderEliminarMe indigno como no subas pronto, ¿eh? Bueno, creo que de hecho ya me he indignado.
A saber quién es esa tal Beth... Me da mala espina, ¿su ex? ¿una chica del que estaba enamorado? No lo sé, pero seguro que Will le pone los cuernos. Jum... is sospechous.
Está genial, siguiente pronto y cuando puedas xx
Te quiero mucho pitufa, y acabo este comentario porque es más largo que decirle adiós a un inglés. Bueno, ya me entiendes :)
LOL,estás muy loca,hija mía :") ¿Qué te ha pasado?No me mates,por favor TT Escribiré si tú también escribes e.e En fin,que muchas gracias por tu megacomentario,me he partido leyéndolo :")
EliminarMmmm...interesante,ya lo verás ^^Quizás...todo es posible, ¿o no?Si te digo la verdad,aún no lo sé ni yo así que ya veremos :)
Yeees cielo,lo intentaré subir pronto *-*
Te quiero mucho reina,jajaja sisi,te entiendo xxx
Vale, trato hecho, yo escribo si tú escribes también. Ajá.
EliminarSíp, soy muy chachi guay, sé que te he hecho reír con mi super-mega-extra-largo comentario, porque yo lo molo ;)
¡TENGO INTRIGA, RÁPIDO!
Okkeys, eso espero*-*
Yo más. Oh, gracias a dios, me entiendes :__)
De acuerdo,así que escribimos las dos*-*
EliminarJajajaja sí,pero tampoco molas tanto :")
¡No me presiones,tardaré un tiempo!
Jejeje,sí y la verdad no sé cómo;dices cada cosa :")
Dios el cap me encanto y viole dice que tambien le gusto por que esta sin internet y ella no puede comentar... Te Amo y ya quiero leer el siguiente cap... La intriga me mata...TAM!!!
ResponderEliminarOh,muchísimas gracias guapa <3 Me alegro muchísimo de que os guste^^ Jajaja yo igual cielo,subiré mañana el capítulo 20.
EliminarMuchos besos*-*